lunes, 4 de septiembre de 2006

Consumismo o Timo

Artículo rescatado del pasado y con la fecha ajustada a la de su publicación original.

Y aquí aparezco de nuevo con uno de mis enormes artículos. Los que habéis leído alguno mío ya sabéis de lo que va esto. Solo espero que os haga pensar e incluso debatir. Pues ese es ni más ni menos que el camino del conocimiento.

Siempre se ha dicho que la competencia es buena para el consumidor. El problema es que estamos llegando a un punto donde ni siquiera el consumidor sale beneficiado de un nivel de competencia tan alto como el que ahora tenemos por delante.

Ya seamos consumidores de música, películas, juegos de consola o lo peor de todo, consumidores de todo esto en general, el mercado que se nos pone por delante es cada vez más descorazonador. Ya en su tiempo lo era y ahora pinta todavía peor.

Para los consumidores de películas la cosa fue dura. La primera guerra empezó con los Betamax y los VHS y los consumidores quedaron en medio de dicha guerra. Los que compraron Betamax (como fue mi caso) tuvieron que guardar sus lujosos videos y rendirse ante la victoria de los VHS. Tras todo esto aparecen los DVD. Para los cinéfilos esto se traduce en mejor imagen y sonido, la capacidad de ver las películas en distintos idiomas, los comentarios del director, los extras.... Pero desgraciadamente también se ha traducido en la necesidad de comprar las películas que más gustan en el nuevo formato, a veces a precios muy abusivos para el contenido que tienen. Por amor de dios, ¿“El secreto de la pirámide” a 24€ y sin un solo contenido extra? Si, se lo que muchos estaréis pensando, el tema de comprarlo antes o después, pero eso lo abordaré más tarde.

Ahora, la triste historia se repite de nuevo, las compañías son malas y se pelean entre ellas, y por supuesto los consumidores nos tenemos que comer esa guerra. Por un lado tendremos el HD-DVD con más capacidad para los contenidos y baratos de fabricar. Por otro, los Blue Ray o Blu-Ray, que tienen mucha más capacidad que los HD-DVD y que a demás están mejor preparados para las protecciones, pero que son más caros de fabricar y todavía está despegando. También tenemos un aluvión de televisores y productos de alta definición que no sabemos si servirán dado que en muchos casos no incorporan las protecciones adecuadas. Ni siquiera los versátiles ordenadores pueden todavía plantearse el reproducir películas en dicho formato.

El mundo de la música tiene una trayectoria más tranquila que ha estallado por las protecciones que se le han intentado añadir a los productos. Al principio teníamos los discos, y todo iba bien. Más tarde llegaron los Cassettes que permitían copiar un disco entero y que tenían más capacidad pero menor calidad de sonido. El gran problema de los discos es que con nada se rallan, pero su virtud, esa virtud, que hace que todavía hoy se usen incluso en la era digital, es que su calidad de sonido cuando no están rallados es muy superior. En el caso de los Cassettes es que no suenan demasiado bien en comparación con los discos, y el uso y re-uso quita calidad. Su gran virtud es que son escribibles, y eso permite copiar discos, grabar canciones de la radio y un sinfín de cosas más. No dudo estimados lectores que esto lo sabemos todos, pero lo matizo aquí para marcar la diferencia de lo que nos viene.

Los CDS son los equivalentes de los discos, pero con algo menos de calidad de sonido (aunque no todos perciben esa diferencia) y mucho más resistentes. Pero entonces, apareció el demonio o el ángel de la liberación, según lo mire cada uno. El Mpeg Layer 3, o MP3 para los amigos permitía copiar una canción que en un CD ocupa unos 40 megas en unos 2 megas y con una calidad, si bien algo menor, aceptable. Eso, junto con las grabadoras de CDS ha hecho que la gente empezara a usar este nuevo estándar como usaban las cintas de cassette. La diferencia, como muchos sabéis, es que en un solo CD podían meterse 6 discos al comprimirlos en MP3 de calidad aceptable.

Si a este tablero de juego le añadimos también la conexión a Internet de banda ancha, nos da como resultado el que todo el mundo se dedique a “compartir” sus discos y disfrutar de los que otros “comparten”. A esto le llamamos File Sharing (compartir ficheros). Las distribuidoras de discos sudan tinta, por que su época de plenitud se ve pinchada por ese formato que tantos años sobrevive y por la ideología con la que ha nacido. Para los compositores de verdad, los de concierto, esto les viene hasta bien, por que mientras más personas escuchen los discos, paguen o no, más compran entradas y más dinero sacan ellos de sus conciertos, que a fin de cuentas es lo que interesa. Para los triunfitos y los cantantes “cocinados” en las distribuidoras de discos, pues es un tema que les afecta y mucho. Hay otra corriente que es la de los cantautores que sacan su “música libre” y que viven de donaciones y conciertos. Quizás este sea el camino a seguir, el tiempo lo dirá.

Ahora el mundo de la música está en un terreno desconocido. Por si esto fuera poco, también se prevé la salida de música de alta calidad en 5.1 o algo similar. Si bien por ahora los A-DVD (Dvd de audio) no han cuajado, quien sabe. Otra corriente es la compra de música por Internet, que todavía está naciendo.

Para los consumidores de juegos de consola la cosa no está mejor. Cuando este mundillo empezó a acercarse al consumidor con los ordenadores de sobremesa, normalmente todos los juegos salían para todos y la gente apañaba como podía, si bien ya había sus juegos sucios. Cuando salía un juego, no era raro ver en las revistas un “Para Spectrum, Amstrad, Comodore, Msx...”. Lo malo es que después empezaron a salir consolas y todo cambio. Primero fue la guerra NES y Master System, de Nintendo y Sega respectivamente. Gameboy y Game Gear, Super nintendo y Megadrive.... Mientras tanto, SNK sacaba una consola llamada Neogeo que solo compraban los muy adinerados y punto. Sega saca un accesorio para su Megadrive llamado MegaCD, nintendo intenta hacer lo propio y para ello contratan a Sony, pero después se echan atrás y rompen relaciones con Sony. Sony, esa “empresa de discos” decide que todo lo que ha invertido en I+D con Nintendo no se desperdicia y saca la Play Station. Nintendo y Sega se ríen pensando que eso no llevará a nada. La “play” se come a las equivalentes de sus rivales, Saturn por parte de Sega y Nintendo 64 por parte de Nintendo. Y así ahora son 3 en el juego. Microsoft ve el juego y piensa que es divertido, por lo que deciden meterse también a jugar y sacan la Xbox, que compite con la Play Station 2 de Sony, la GameCube de Nintendo y la Dreamcast de Sega, si bien esta última compitió poco por que Sega decide no jugar más y deja el tablero de juego. Ahora llegamos a la “NEW GENERATION” y salen las obvias Play Station 3 de Sony, Xbox 360 de Microsoft y la Wii de Nintendo.

Pero dejar escrito todo este rollo consolero que unos ya saben y a otros no les importa tiene un sentido. Imaginaos una saga de juegos como es el Final Fantasy. El 1, 2 y 3 aparecen en Nes. El 4, 5 y 6 en Snes, el 7, 8 y 9 en Play Station, el 10, 11 y 12 en play station 2, si bien algunos de estos han salido en otras plataformas. Es decir, que la saga arrastra al “jugón” a comprar una consola y otra. Pero claro, eso tiene otra cara. Si cada parte de un juego sale en una consola distinta, o las compañías comprar a golpe de talonario los derechos sobre una saga, entonces ¿Que hacemos? ¿Compramos todas las consolas para poder jugar o desistimos de jugar a ciertas partes de un juego? Esta última opción no esta mal con juegos tipo Final Fantasy, cuya historia en circunstancias normales es auto conclusiva. Pero hablemos de un Metal Gear. O de tantas otras historias. Para empeorar las cosas, los programadores deciden largar innecesariamente las tramas para seguir cogiendo de “la gallina de los huevos de oro” y eso quita calidad a las tramas.

Las compañías que no son menos, deciden hacer los juegos exclusivos de su propia consola, de forma que obliguen al consumidor por las malas a comprar esto o lo otro. “Si quieres saber que le ocurre a Snake en Metal Gear Solid 4, ya que has jugado al 1, 2 y 3 pues te compras por narices la Play Station 3 para poder enterarte”.

En todo este juego tan divertido estamos los usuarios de PC, que hemos vivido todas las generaciones de consolas y juegos, y que nos dejamos un pastón en actualizar nuestro equipo para que tal o cual juego funcionen. A veces, los “maravillosos” proveedores de juegos nos hacen cosas muy graciosas, como es sacarnos un Metal Gear 1 y 2 en PC, pero no sacar el 3 ni el 4, de forma que nos enganchan con la trama, pero también nos obligan a comprar la subsiguiente consola.

Y de todo esto, ¿Que sacamos en claro? Yo os lo diré. Las compañías se matan entre ellas, u organizan complejas estratagemas y el consumidor, con un gran mono de productos no hace más que buscar su propia salida. Ante el abuso, el consumidor decide usar la piratería (como lo llaman las empresas de hoy). Si tu vendes el DVD a 24€, yo me lo bajo de Internet y lo grabo en un CD (con canon, eso si) y listo. O la otra opción, armado con esa gran espada llamada “Ley de la Oferta y la demanda”, espero x tiempo a que el dvd baje, o lo compro de 2º mano por 5€. Si me sacas una continuación para una consola que no tengo, espero una eternidad a que la consola baje hasta precios ridículos o me pillo un Emulador en caso de haberlo. Si me vendes un disco de música a 20€, me lo bajo de Internet y así eternamente.

En el caso de los videojuegos, es peor, por que la guerra entre dispositivos, en lugar de hacer que la gente baje los precios, hacen que comercien con exclusividades. Espero que esto mismo no ocurra en el mundo de las películas. Imaginadlo. Sacan Batman begins 2 y solo está en HD-Dvd, pero eso sí, Batman Begins 3 solo sale en Blu-Ray señores. Y dicho esto, preparad las carteras y los talonarios (los que lo tengáis) y disponeos a ser timados una y otra vez, que esto es lo que hay.

El único consejo que os puedo dar es que seáis pacientes, que compréis las cosas lo más tarde posible y que os enganchéis a la menor cantidad de “Sagas” posibles, pues ya estáis viendo el talante que las compañías están siguiendo. Para los que disfrutan de la música solo puedo decir que le deis una oportunidad a la “Música Libre” que existe y es gratuita y legal. Con el tiempo es posible que sea la que mueva el mundillo.

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